Fantasía…3
Título original: Fantasía… 3
Año: 1967 (España)
Director: Eloy de la Iglesia [acreditado como Eloy G. De la Iglesia]
Productor: J. Pedro Villanueva.
Guionistas: Eloy de la Iglesia [acreditado como Eloy G. De la Iglesia], F. M. Iniesta
Fotografía: Santiago Crespo
Música: Fernando García Morcillo
Intérpretes: LA DONCELLA DEL MAR: Dyanik Zurakowska [acreditada como Dianik], Jorge Palacios [acreditado como José Palacios], Sergio Mendizábal, Argentina Cases, Marisol García, Antonio Casas. LOS TRES PELOS DEL DIABLO: Juan Diego, Javier Loyola, Lola Losada, Cris Huerta, Camino Delgado, Ricardo Díaz, Sergio Mendizábal, Carmen Luján, Víctor Meras, Magda Roger, Antonio Requena, Tomás Blanco. EL MAGO DE OZ: Maribel Martín, Manuel Andrés, Javier de Campos, Italo Ricardi, Antonia Mas, Regina de Julián, Julián Duque, Pilar Vela, Marisa Naya, Fabián Conde, Mari Paz Ballesteros, Manuel Canseco, Blaky, Enrique Paredes, Luis Páramo, Manuel Prados, Euquerio Olmos, José Luis Alonso, Luis Prendes.
Sinopsis: Narración de tres cuentos clásicos de la literatura infantil: La doncella del mar, de Hans Christian Andersen, que relata los deseos de una sirena por convertirse en humana y poder así enamorar a su príncipe; Los tres pelos del diablo, de los hermanos Grimm, que narra las aventuras de un campesino que deberá realizar unas difíciles pruebas para librarse de la muerte; y El mago de Oz, de F. Baum, en el que una niña y tres pintorescos amigos irán a la ciudad de las Esmeraldas para que el famoso mago del título haga sus sueños realidad.
Si hay un género fantástico poco o nada desarrollado en nuestra cinematografía, ese es el de los cuento de hadas, algo sin embargo muy cultivado en otros países, caso de la cultura checa y sus clásicos pohadka –un género rey dentro de la etapa comunista-, y que se ha visto plasmado en múltiples ocasiones en forma de dibujos animados o incluso en imagen real en filmes como Piel de asno (Peau d’âne, 1970), Érase una vez (Le petit poucet, 2001) o La princesa prometida (The Princess Bride, 1987). Como decimos, en España apenas tenemos algún referente para dicho subgénero, exceptuando quizá la reciente El laberinto del fauno (2006), que contiene un ligero trasfondo de cuento de hadas, lo que convierte a Fantasía… 3 en toda una rara avis, aunque lo es también, como veremos, por otras razones.
Comencemos por el inicio, en el que un joven e irreconocible Eloy de la Iglesia – no tanto por lo físico si no por la actitud amable e ingenua que adopta durante la presentación, imagen bien distinta a la que tenemos del director de Navajeros- ejerce de introductor al universo de los cuentos, presentando las tres populares narraciones que estamos a punto de disfrutar: La doncella del mar, Los tres pelos del diablo y El mago de Oz. De la Iglesia, que ejercería las tareas de guionista, productor, e incluso director, para Televisión Española desde los veinte años de edad en la serie Nuestro amigo el libro, culminaría dicha etapa con la unión de tres de estos capítulos para su debut en el cine como director y actor en este Fantasía…3.
Una vez dado paso a la narración, cada capítulo contiene su propia presentación con título y crédito particular, empezando con La doncella del mar, “la ingenua aventura que nos enseña a amar”, más conocida como La sirenita – aquí de nombre Coralina-, interpretada por una bella aunque inexpresiva Dianik Zurakowska con una plastificada y poco creíble cola de pez, pide al rey Neptuno que le convierta en humana para poder estar al lado de su príncipe azul, a lo que éste acepta bajo la amenaza de convertirla en espuma de mar si no logra enamorar al príncipe. Este capítulo es el de mayor mediocridad, tanto por su tono eminentemente cursi como por la evidente falta de presupuesto, probablemente debido a su origen televisivo.
De la Iglesia muestra a las “hermanas del mar” fuera del agua, totalmente secas o dentro de éste en una secuencia rodada en las cuevas del Águila en Arenas de San Pedro, utilizando como transición lo que claramente podemos distinguir como un acuario con el efecto de negativo. Hay que añadir que también hay pobreza de decorados y en lo que pretende ser una “maqueta” de un barco. Todo ello se podría pasar por alto de no ser por el tufillo rancio y ñoño que desprende el conjunto, acompañado de unas, por regla general, inertes actuaciones, si bien es de destacar que en su recta final el capítulo apuesta por la incorporación de transparencias que estéticamente resuelven mejor la papeleta, además de proporcionarle un tono más poético.
El siguiente capítulo es Los tres pelos del diablo, en el que triunfan “el valor y la audacia”, siendo este segmento el que mejor parado sale, también por ser el cuento menos popular y del que no tenemos referencias cinematográficas con que realizar comparaciones odiosas. Éste está protagonizado por un jovencísimo Juan Diego que encarna a Tomasín, hijo de unos humildes campesinos al que un presagio le dicta que se casará a los 15 años con la hija del rey; pero antes deberá pasar unas peligrosas pruebas para obtener el trono. Esta adaptación tiene mejor puesta en escena y ambientación que la anterior, además de tener una estructura más rica y un final cerrado de forma muy acertada.
Aunque sin duda la palma se la lleva la última historia, El mago de Oz, en la que “se aúnan valor, inteligencia y amor”. Una adaptación muy libre del cuento de Lyman Frank Baum que comienza con una tierna Maribel Martín cantando “Por el bosque camino con Toto”, respuesta hispana al Somewhere Over the Rainbow, en un playback que apenas casa con la mímica de la actríz. Aquí la protagonista adopta el nombre de Silvia y, tras perderse en medio de una gran tormenta, se reencuentra con sus amigos el león, el espantapájaros y el hombre de hojalata. Tras visitar a la reina Golosina y enfrentarse a la bruja Écora, terminarán su aventura yendo a la búsqueda de el gran mago de Oz, siguiendo las losas amarillas hasta llegar a la ciudad de las Esmeraldas.
Al igual que el filme de Fleming, De la Iglesia enfoca la historia desde el punto de vista musical, a través de temas cantados por Silvia y sus tres amigos, amén de otro, el más bizarro, que tendrá lugar en el palacio de la reina Golosina, aunque en su mayoría estos números no estén demasiado desarrollados desde el punto de vista técnico – por ejemplo, uno de ellos es rodado en una única toma y de lejos mientras que los actores se acercan a la cámara en una barca-. Dejando a un lado las caracterizaciones, sobre todo los disfraces de león, espantapájaros u hombre de hojalata, de una mediocridad muy relevante, hay que destacar los elementos incorporados para la ocasión, como el reino de Golosina – cuya caracterización de dicha reina es culminada con una tarta en la cabeza a modo de sombrero- o el de la bruja Écora que viene a ser un equivalente a la malvada bruja del Este del original – por otro lado, protagonista absoluta del musical Wicked -.
Por tanto es esta una curiosa adaptación a la española de tres cuentos clásicos, almibarados hasta decir basta, y cuyo epílogo destila cierto tufillo religioso que viene dado a través de toda una oda de fe y amor hacia Dios ofrecido en un monólogo por el actor Luis Prendes, que interpreta al popular Mago de Oz, arrodillado ante a una cruz. Todo ello introducido con calzador y que podrá crear un fuerte impacto en el espectador, más aún teniendo en cuenta el giro radical que daría el tiempo a la vida y a la carrera de tan arriesgado cineasta.
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