domingo, 29 de noviembre de 2009

Simbad, el rey de los mares

Simbad, el rey de los mares

jaquette

Título original: Sinbad of the Seven Seas

Año: 1989 (Italia, Estados Unidos)

Directores: Enzo G. Castellari, Luigi Cozzi [no acreditado]

Productores: Enzo G. Castellari, Yoram Globus, Menahem Golan

Guionistas: Tito Carpi, Enzo G. Castellari según una historia de Luigi Cozzi [acreditada como Lewis Coates]

Fotografía: Blasco Giurato

Música: Dov Seltzer

Intérpretes: Lou Ferrigno (Simbad), John Steiner (Jaffar), Roland Wybenga (Príncipe Alì), Ennio Girolami (Vikingo), Hal Yamanouchi (Mercenario chino), Cork Hubbert (Poochie, el enano), Yehuda Efroni (Ahmed), Alessandra Martines (Alina), Teagan Clive (Soukra), Leo Gullotta (Nadir), Stefania Girolami [Goodwin] (Kyra), Donald Hodson (Califa), Melonee Rodgers (Reina Farida), Cork Hubbert (Midget), Romano Puppo (Capitán), Attilio Cesare Lo Pinto (Rey de los muertos vivientes), Armando MacRory (Town Crier), Giada Cozzi (Niña), Daria Nicolodi (Narradora), Massimo Vanni, Ted Rusoff (Guardia de la cámara de torturas)…

Sinopsis: Simbad tendrá que encontrar cinco piedras con poderes mágicos para liberar a la ciudad de Basora del cruel dominio del diabólico visir Jaffar. Para ello, deberá de enfrentarse con peligros inimaginables tales como terribles amazonas, hombres de piedra, muertos vivientes, o un doble de sí mismo…

Durante el rodaje de El desafío de Hércules (Hercules / Ercole, 1983), su director, Luigi Cozzi, su productora, la Cannon, y su principal estrella protagonista, el culturista Lou Ferrigno, llegaron a un acuerdo para prolongar su relación por otro título más, el cual se ubicaría dentro de los terrenos de la fantasía oriental de la mano de uno de sus más arquetípicos personajes: el marino Simbad de Las mil y una noches. Sin embargo, diferentes circunstancias motivarían que este proyecto no llegara a plasmarse en los plazos previstos, a pesar de existir un primer guión escrito por Cozzi.

Ya en 1986, la Cannon retomaba la idea pero con sustanciosos cambios. Ferrigno se mantenía, pero la prevista película era transformada en una miniserie televisiva de seis horas de duración dividida en cuatro capítulos, yendo a parar su realización a manos de Enzo G. Castellari, quien junto a Tito Carpi, se encargaba de rescribir el libreto existente para adaptarse al nuevo formato, y de paso, llevárselo a su terreno, como demuestra el hecho de que las secuencias de efectos especiales planteadas por Cozzi fueran sustituidas en el nuevo guión por escenas de acción tan típicas del cine del director de Keoma.

Castellari dirige a su hija Stefania y a Lou Ferrigno durante el rodaje de "Simbad, rey de los siete mares".

Castellari dirige a su hija Stefania y a Lou Ferrigno durante el accidentado rodaje de "Simbad, el rey de los mares".

Pero una vez iniciado el rodaje y cuando se encontraba ya próximo a su finalización, la productora se quedaba sin presupuesto con el que continuar, por lo que la filmación era interrumpida por tiempo indefinido. El material rodado era entonces archivado en un almacén hasta 1989, momento en el que una Cannon al borde de la banca rota decidía recuperarlo para tratar al menos de amortizar la inversión realizada. Con tal intención, contactarían con el inicialmente previsto Cozzi para que se encargara de crear un largometraje de hora y media a partir del metraje existente.

Para este fin, el director de Contaminación: Alien invade la Tierra rodó nuevas secuencias con las que dotar de cierta uniformidad y lógica al conjunto, las más importantes, aquellas protagonizadas por Daria Nicolodi y la propia hija de Cozzi, Giada, a través de las cuales se convirtió al grueso de la historia en un cuento narrado por una madre a su hija, siguiendo el modelo establecido en La princesa prometida (The Princess Bride, 1987) de Rob Reiner. Pese a que en el prólogo de la cinta dicho cuento nos sea presentado como basado en cierto relato corto de Edgar Allan Poe (1) – “El cuento de las mil y dos noches de Scheherazade” -, éste es, a groso modo, una reinterpretación de la trama de El ladrón de Bagdag presentada bajo una estructura argumental calcada a la utilizada por Cozzi en La furia del coloso (Le avventure dell’incredibile Ercole / The Adventures of Hercules, 1985) y que a su vez remiten a las películas que sobre el personaje realizara Ray Harryhausen, con la búsqueda de una serie de objetos con poderes mágicos por parte de Simbad como eje principal de la narración.

Pero al igual que ocurriera en la referida La furia del coloso, toda esta relatada serie de contratiempos acabarían por ser evidenciados en los resultados de la cinta. Por un lado, el remontaje practicado origina algunas incongruencias argumentales, como que el grupo protagonista mencione a un personaje del que se supone ignoran su existencia; mientras que por otro, la exagerada utilización explicativa de la voz en off, dota al conjunto de un tono infantiloide, sensación subrayada por una puesta en escena con momentos de lo más ridículos –Simbad escapa de prisión gracias a una cuerda formada por serpientes vivas entrelazadas (!) -, y un apreciable sentido del humor. A todo esto hay que añadirle el hecho de que su rodaje se desarrollara sin sonido directo, lo que, al carecer de guión con el cual poder orientarse (2), hizo que sus diálogos debieran de ser poco menos que improvisados en el estudio de doblaje, dando pie a un buen número de líneas diálogos de lo más oligofrénicas, y en ocasiones, incluso machistas.

Una lástima, puesto que a tenor de su singular y bizarra mescolanza de ingredientes, con amazonas, gigantes de roca, caballeros fantasmales, vikingos o enanos, el argumento de esta Simbad, el rey de los mares poseía los suficientes atractivos como para haber deparado un producto de lo más gozoso, siendo su único aspecto digno de un relativo interés, el divertido e histriónico villano confeccionado por el británico John Steiner.

José Luis Salvador Estébenez

5076110

(1) No sería ésta la única adaptación apócrifa que del inmortal escritor de Boston llevara a cabo Luigi Cozzi a lo largo de su carrera, ya que aquel mismo año estrenaría Il gatto nero, conocida internacionalmente como Edgar Allen Poe’s The Black Cat. En realidad, se trata de una especie de entrega de la por entonces inacabada Trilogía de las Madres de su amigo Dario Argento, respondiendo tal título a una petición expresa de su productor, según declararía en distintas ocasiones el realizador trasalpino.

(2) A pesar de figurar como director y productor en los títulos de crédito, el montaje final sería elaborado a espaldas de Castellari, quien no conocería la existencia del film resultante hasta que años después se topara por casualidad con una copia del mismo en una estantería de un videoclub.

Publicado en

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Correo Vaishnava